La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene un papel fundamental en la regulación y supervisión de la seguridad vial en España. Desde su creación, la DGT ha evolucionado adaptándose a los cambios en la sociedad y la tecnología, con el objetivo de reducir la siniestralidad en las carreteras y mejorar la fluidez del tráfico.  

 

Los inicios

La necesidad de regular el tráfico terrestre surgió a finales del siglo XIX con la aparición del automóvil. Este desarrollo tecnológico llevó a la creación de estructuras gubernamentales dedicadas a la gestión del desarrollo y mantenimiento de vehículos y vías, así como a establecer criterios y aptitudes necesarios para la conducción de estos nuevos medios de transporte. 

El interés del gobierno español por la gestión de la seguridad y comodidad en los caminos y tránsitos data de 1778. A finales del siglo XIX, el fenómeno del tráfico comenzó a tomar mayor relevancia, marcando el inicio de una gestión más sistemática de la movilidad. El 17 de septiembre de 1900 se aprobó el Reglamento para el Servicio de Coches Automóviles por las Carreteras del Estado, y se matriculó el primer vehículo, marcando un hito importante en la regulación del tráfico en España.  

 

Primero fue la jefatura central de tráfico   

La creciente motorización durante los años 1950 hizo evidente la necesidad de un organismo especializado en la gestión del tráfico, lo que llevó a la integración de diversas competencias dispersas entre distintos ministerios en la Jefatura Central de Tráfico. 

 

Y luego la DGT  

En este contexto, el 30 de julio de 1959 se fundó la Jefatura Central de Tráfico que posteriormente pasó a ser lo que conocemos actualmente como la Dirección General de Tráfico. Este organismo nació con el propósito de centralizar las competencias que hasta ese momento estaban dispersas en diferentes organismos de la Administración. 

 

Funciones y responsabilidades de la DGT  

Sus funciones abarcan una amplia gama de actividades destinadas a garantizar la seguridad y fluidez en las carreteras y vías urbanas del territorio español. Las dos áreas principales de actuación de la DGT son: la planificación y programación estratégica y la gestión y vigilancia del tráfico. 

Planificación y programación: La DGT es responsable de la planificación y programación estratégica del organismo, lo que implica la definición de objetivos a largo plazo y la identificación de las acciones necesarias para alcanzarlos.  

Gestión y vigilancia del tráfico: La regulación, ordenación, gestión, vigilancia y disciplina del tráfico en vías interurbanas y travesías constituyen otra función clave de la DGT. Esto incluye la implantación, mantenimiento y explotación de los medios y sistemas inteligentes de transporte necesarios para garantizar la fluidez del tráfico y la seguridad de los usuarios de las vías. 

 

Reducción de accidentes 

La Dirección General de Tráfico a lo largo de su historia ha implementado diversas medidas con el objetivo de reducir la siniestralidad en las carreteras españolas. Entre las estrategias más efectivas que se recuerda, destacan los cruces inteligentes, que redujeron el número de heridos y víctimas mortales entre un 40 y un 55% gracias a la instalación de sensores que alertan a los conductores sobre la proximidad de otros vehículos en cruces peligrosos.

Además, la implementación de guías sonoras en carreteras convencionales ha contribuido a disminuir la siniestralidad, alertando a los conductores cuando se desvían involuntariamente de su carril. 

Otras medidas incluyen la utilización de un pavimento pintado en tonos rojizos en tramos peligrosos, lo que ha logrado reducir los accidentes en un 35%. 

 

Campañas de concienciación 

La DGT también ha puesto en marcha muchísimas campañas de concienciación que juegan un papel crucial en la educación y sensibilización de los conductores. Una de estas campañas se centra en los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol, destacando que este factor está presente en 1 de cada 3 siniestros mortales de tráfico.

Además, la DGT realiza Campañas y Operaciones Especiales de vigilancia y control, que se llevan a cabo aproximadamente una vez al mes para concienciar sobre factores de riesgo específicos. Estas campañas, a menudo coordinadas a nivel europeo, son un ejemplo de colaboración interadministrativa y han demostrado ser efectivas en reducir el número de heridos y fallecidos en siniestros viales. 

 

Digitalización y tecnología en la DGT 

Con la irrupción de las redes sociales, las aplicaciones móviles y demás, la DGT se ha ido modernizando con el tiempo. Más allá del sitio web oficial, existen un par de productos digitales que sobresalen.  

MiDGT:  es una app disponible para descarga gratuita en la App Stores de Apple y Google Play para Android. Dentro de MiDGT app se puede hacer algunas de las siguientes opciones:  

  • Consultar puntos del permiso de conducir. 
  • Ver el historial de sanciones y multas. 
  • Recibir todos los avisos y las notificaciones de la DGT. 
  • Gestionar el pago de sanciones y multas. 
  • Consultar datos del vehículo, como la ITV o el seguro. 

DGT 3.0:  Es la plataforma de vehículo conectado de la DGT que facilita la interconexión de todos los actores que forman parte del ecosistema de la movilidad para ofrecer en todo momento información de tráfico en tiempo real a los usuarios de la vía permitiendo así lograr una movilidad más segura e inteligente. 

De hecho, la baliza conectada HEELA V-16, está conectada a la DGT 3.0 a través de la red de conexión IoT Vodafone, y en caso de siniestro o avería, no será necesario abandonar el vehículo para señalizar la posición a otros conductores gracias a su alcance de 1 km y a la geolocalización anónima​.​ 

La DGT como sociedad misma, se ha adaptado a los constantes cambios para tratar de ofrecer mejores servicios y sobre todas las cosas, procurar la seguridad vial de España.